Investigadores plantean que en nutrición se debe considerar como nivel seguro de HDL una concentración de entre 40 y 60 mg/dl

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La creencia de que los niveles elevados de lipoproteínas de alta intensidad (HDL, por su siglas en inglés) son buenos para el organismo, podría no ser del todo cierta. Así se conoció en un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, en Atlanta, Estados Unidos.

Las conclusiones fueron presentadas en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología y revelan que las altas concentraciones de estas lipoproteínas a las que se les conoce popularmente como “colesterol bueno” estarían asociadas a un potencial aumento del riesgo de ataque cardíaco en pacientes que presenten patologías cardiovasculares.

Para llegar a estos resultados, los investigadores trabajaron durante cuatro años haciendo seguimiento a una muestra de 5.965 personas que, en su mayoría, padecían de alguna enfermedad cardiovascular. La edad media fue de 63  años y la relación de género estuvo dividida en 65% hombres y 35% mujeres.

La búsqueda de los autores estuvo centrada en conseguir una relación entre los niveles de colesterol HDL y el riesgo de infarto al miocardio. Para eso, dividieron a los participantes en cinco grupos de acuerdo con sus niveles de HDL, distribuidos en los rangos extendidos entre menos de 30,g/dl y más de 60 mg/dl.

Cuatro años después de la primera muestra, se descubrió que tanto los pacientes con niveles bajos como los que presentaban niveles altos de HDL se encontraban en riesgo de padecer un infarto (o lo tuvieron durante el estudio). En lo referido específicamente a los valores elevados, aquellos participantes con HDL superior a 60 mg/dl tuvieron 50% más riesgo de fallecer por causa cardiovascular o sufrir un infarto cercano, en comparación con los que tenían niveles intermedios, según reseña Diario Médico.

Los autores registraron que, durante el estudio, 13% del total de los participantes sufrió al menos un infarto o fallecieron por patologías cardiovasculares.

Los pacientes de los grupos intermedios, con niveles de HDL entre 41–60 mg/dl, fueron quienes presentaron el riesgo más bajo de infarto. Esta cifra les permitió a los autores concluir que, si bien el consumo deficiente de ese tipo de lipoproteínas es riesgoso, también lo es su ingesta excesiva.

Las deficiencias de HDL ya eran conocidas como factor de riesgo para los pacientes, porque su acción en el organismo está vinculada al transporte del colesterol de la sangre al hígado y su eliminación del organismo, un proceso vital para prevenir la ateroesclerosis. Sin embargo, esta investigación abre las puertas a la necesidad de promover también un consumo moderado en función de las posibles consecuencias de su exceso.

En ese sentido, Marc Allard-Ratick, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, declaró: “nuestros resultados son importantes porque contribuyen a ofrecer crecientes evidencias de que los niveles muy elevados de colesterol HDL pueden no tener un efecto protector y porque, al contrario de la mayoría de las evidencias obtenidas hasta ahora, este estudio se realizó fundamentalmente entre pacientes con enfermedad cardiovascular establecida”.

Referencias:

1- Too much of a good thing? Very high levels of ‘good’ cholesterol may be harmful. European Society of Cardiology, 2018.

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