En diciembre de 2020 se publicó el libro El devenir del autismo en México, del psicólogo y antropólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana Moisés Olmedo López, donde se apunta hacia el futuro y te toman en cuenta antecedentes del estudio y diagnóstico de este trastorno en México.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 160 niños en el mundo presenta algún tipo de autismo, con un incremento de 17% anual. En México, se estima que uno de cada 115 niños tiene autismo.
De acuerdo con el autor, el propósito de esta investigación fue “analizar la construcción de la identidad desde un trastorno infantil“. Para esto, la historiografía, al ser una disciplina crítica, nos permitió enfocarnos en descubrir intenciones, motivos, creencias y valores que originalmente sostuvieron los autores al estudiar el fenómeno del autismo infantil en México. Asimismo, se pudo razonar la evolución del diagnóstico del trastorno del espectro autista. Esto, con el fin de comprender los cambios y las continuidades de los procesos históricos de los niños con este trastorno. Finalmente, se comprendió que ha existido una necesidad de diagnóstico y clasificación de todo lo que esté fuera de los comportamientos socialmente aceptados”.
Como antecedente, en el texto se lee que en México “el primer contacto (oficial) que tuvo la infancia con la psiquiatría se dio con la creación del Pabellón de Niños del Manicomio General. Asimismo, la Guerra Civil española trajo a México a un grupo de psiquiatras exiliados. Estos empezaron a escribir los primeros libros sobre psiquiatría infantil y, a partir de la década de 1940, empezaron a publicarse artículos sobre esta especialidad en la revista Hospital Infantil de México”.
En México, los estudios sobre la infancia y sus trastornos mentales han mantenido una relación asimétrica con respecto a otras enfermedades, afirma Moisés Olmedo.
Además, agrega que “los estudios de la salud mental infantil muestran comúnmente una desventaja de producción frente a los estudios de los adultos. Este es un fenómeno psicosocial poco explorado y lentamente divulgado. Para este momento, el panorama epidemiológico en México no es el mismo que hace 20 años, hoy en día ya tenemos un terreno explorado, tal vez no idóneo, pero sirve como una guía que puede dar esbozos sobre la presencia de los trastornos psicopatológicos infantiles que embisten a la sociedad mexicana”.
De hecho, el primer estudio de prevalencia del autismo en México se realizó en 2016 y arrojó como resultado que 1% de 400.000 niños presentaban esa condición.
Para el especialista, un diagnóstico y un tratamiento del autismo “no solo se componen de métodos, reglas y recetas. Es algo más complejo que está construido por diversos factores, de ahí la necesidad de integrar equipos de trabajo multidisciplinarios”.
Como conclusión, propone una mirada distinta hacia el autismo. “Hoy en día, el estudio del autismo se encuentra en una dirección muy reveladora, autores como Steve Silberman exploran la idea de que el autismo, la dislexia e. incluso, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no deberían considerarse alteraciones del desarrollo humano. En cambio, deberían ser tomadas como variaciones de la naturaleza humana, que pueden dotar de habilidades y aptitudes extraordinarias a la persona”.
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